Por Juan Tomás Valenzuela
A Temistocles Montás,
ayer en su misma tierra,
lo echaron como a una perra,
bajo insultos, por demás.
Esta suerte de Caifas,
prócer de la corrupcion,
ha sufrido el papelón
más horrendo de su vida,
que está más que deslucida
por sus tratos con Rondón.
Los insultos proferidos
hacia este insignificante,
comesica, petulante,
deshonesto y atrevido,
nos dice que no habrá olvido
a estos 20 años de oprobio,
que albergaron tanto odio,
tanta burla y tanto mal,
que no hay desprecio barrial
que supere este episodio.
Montás tuvo la cachaza
de hacer turismo barrial,
como todo un concejal
por el patio de su casa.
Después de comer con grasa
por cerca de 20 años,
Temo quiso darse un baño
en el pueblo de Trujillo,
donde lo ven como un pillo,
un corrupto y un tacaño.
En una rueda de prensa,
queriendo ocultar los hechos,
este comedor de afrecho
sale en su propia defensa.
Explicando que esa ofensa,
en que hasta le dicen narco,
no fue emitida en el marco
de su real investidura,
y que esto fue en Angostura
al mañoso de Plutarco.
Juan de los Palotes
8 julio 2020